Cómo recuperar la paz en mi familia cuando se ha perdido.

La familia es una institución creada por Dios allá en el principio de la creación cuando dijo: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer" Al mismo tiempo que creaba el matrimonio estaba creando el núcleo familiar.

El propósito de Dios a través de la familia no era simplemente que se reprodujeran para llenar la tierra, sino que tiene un valor más profundo y más grande que eso. La familia es el grupo de personas que, de uno u otra manera, nos acompañan desde que nacemos hasta que morimos es un vínculo natural innegable. Por más que niegues ser hijo, hermano o padre de alguien, eso jamás podrá cambiarse.

La familia es también, el grupo de personas a través de los cuales Dios nos enseña a vivir, nos guía en nuestros primeros pasos y se mantiene siendo un apoyo importante hasta el día de nuestra partida de este mundo. Por esa razón el enemigo está haciendo todo lo posible por destruirla, por desintegrarla sembrando odio, rencor y división.

Tener una familia unida es una bendición enorme y un privilegio que en estos tiempos, no cualquiera puede tener.

Muchos nos quejamos por la familia en que nos tocó nacer, ya sea porque no congeniamos mucho o porque no sentimos un apoyo real como esperamos. Cada día es más común conocer familias "diferentes" con sólo la madre o sólo el padre, con hijos que no son totalmente hermanos, niños viajando entre el hogar de su padre y el de su madre y otras cosas peores.

Pero que tal si en lugar de quejarnos de nuestra familia empezamos a transformarla.

No importa el tipo de familia del que seamos parte, si permiten que Dios llene su hogar transformará sus vidas. Muchos pensarán "Ya somos cristianos, esto no es para nosotros" pero realmente a lo que me refiero es a sembrar cosas buenas en nuestra familia para que a su tiempo den buen fruto.

Que tal si empezamos ofreciendo todo nuestro apoyo a los que nunca nos han apoyado, que tal si empezamos a tratar con bondad a los que siempre nos tratan mal. Empecemos a ser nosotros quienes tomamos la iniciativa para las cosas buenas, da amor, se más comprensivo, ayuda más, quejate menos. Bendice con tus acciones a los que te rodean.

Sembrar cosas como estas no es nada fácil cuando siempre recibes lo contrario y Dios lo sabe, por eso es importante que lo hagamos pidiendo siempre a Dios la guía y la fortaleza necesaria.

Te invito a ser luz en tu casa, te invito a resplandecer dentro de tu hogar para transformar la vida entera de tu familia. ¡Créeme, vale la pena!

Acércate a Dios lo más que puedas en oración y llénate de su Espíritu, cuando menos lo esperes verás como los demás se empiezan a unir a ti y tendrás un hogar lleno de paz, amor, comprensión y bendición.

No importa que todas las familias al rededor sean un caos, tu familia estará cubierta por la bendición de Dios.

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¿Cómo podemos mejorar nuestra relación con nuestra familia?