CORRE A LOS BRAZOS DE TU PADRE [TENTACIONES]

Jimmy Henz
30 abr 2019
2 Min. de lectura

El cristiano, el hijo de Dios, vive en una constante batalla espiritual entre su carne, sus deseos, sus pasiones, sus impulsos y la voluntad de Dios. Porque, aunque estemos cerca de Dios, no dejamos de ser humanos e imperfectos, y eso nos deja expuestos a las tentaciones y a seguir a nuestra carne antes que a Dios, cuando debería ser lo contrario.

Es importante saber, que sólo el hecho de estar en esa lucha (entre mi humanidad y mi espíritu) es una buena señal, porque eso nos indica que el Espíritu Santo está haciendo la obra en nosotros. Jesús dijo (Juan 16:8) que el Espíritu Santo nos convence de pecado, dicho de otra manera, nos hace sentir cuando algo no es correcto. Por lo tanto, si sentimos el deseo de seguir la voluntad de Dios sobre la nuestra, significa que es Él quien está obrando en nuestras vidas.

Por otra parte, nuestro espíritu es cada vez más sensible hacia los deseos y los propósitos de Dios para nuestras vidas y esto nos permite sentir cuando nuestras acciones van de manera contraria a la voluntad de Dios para nosotros.

Pero, que difícil es vencer la tentación cuando se presenta ¿cierto?

El enemigo conoce nuestras debilidades y parece atacarnos justo ahí, donde duele. Pero es ahí donde se demuestra la fe, las convicciones más que las emociones.

Por eso, cada vez que te sientas tentado por algo ¡corre!, pero corre a los brazos de Dios. Corre como un niño buscando refugio en los brazos de su padre y ora de esta manera:

Señor, tu sabes lo difícil que es para mi ésta área de mi vida, te necesito, éste día no te quiero fallar. Quiero honrarte con mis acciones. Ayúdame a no caer hoy..

En lo personal, esta oración, aunque parezca sencilla, me ha ayudado muchísimo. Porque dice cosas importantes. Por una parte, es un pedido de auxilio para que Dios venga en nuestro rescate, y por otra parte es una oración especifica para el presente, "No te quiero fallar HOY".

Debemos mentalizarnos en continuar de pie un día a la vez

Mañana traerá consigo su propio afán. Concentremos todas nuestras fuerzas en el presente. Y en que al final del día podamos decir: "Señor Gracias, por hoy no te fallé".

Viviendo de esta manera, luchando día a día contra nuestra humanidad, podremos estar mas cerca de Dios, agradarle más y glorificar así su nombre a través de nuestras acciones.

Así que, ya lo sabes... Cuando te sientas tentado de nuevo ¡Corre a los brazos de tu Padre!