MANOS MARAVILLOSAS [reflexión]

Cierto día, fui invitada por una amiga a una fiesta de cumpleaños. Ese día, todo estuvo normal, como en cualquier otra fiesta de niños: Había globos, payaso, pastel, sonrisas etc. Pero hubo algo ahí que llamó mi atención. La mamá de la cumpleañera, recogía los platos y vasos desechables muy aparte de la basura. Me ofrecí a ayudarle y me indicó no botarlos, pues los lavaría luego de la fiesta. Me sorprendió mucho, pero así lo hice. Mientras los recogía, no podía dejar de preguntarme porqué iba a lavarlos. ¿Pensaba a caso reutilizarlos? No lo creo, ya no se pueden usar de nuevo, me respondía a mi misma una y otra vez y no lograba entender para qué podría servir aquel montón de desechables sucios, eran basura para mi. Mi curiosidad era bastante, pero no lo suficiente como para preguntar. Días después me enteré, que ella había ganado un premio en un concurso de reciclaje. Había estado recolectando platos desechables con los cuales completó su proyecto. Presentó una muñeca, a la cual le había hecho un hermoso vestido. El vestido estaba hecho con el material de aquellos vasos, platos y cubiertos que unos días antes yo había visto como inservibles. Pero ya no parecían lo que eran, el vestido era precioso. Las manos de aquella mujer talentosa transformaron lo que para mi era basura, en una hermosa obra de arte digna de aplausos y ovaciones. En mis manos, ese montón de platos y vasos sucios no tenían ningún valor, pero en las manos de ella si ¡y mucho! Lo mismo sucede con el barro, en las manos equivocadas, no es mas que un montón de lodo, pero en las manos del alfarero, se puede convertir en una útil vasija, un hermoso jarrón, o incluso una muy valorada artesanía. De la misma manera, Dios trabaja con nosotros, como dice en su palabra en Jeremías 18:6 "dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel", él es nuestro alfarero. No importa lo que nosotros seamos o la situación en la que estemos, si nos dejamos moldear por sus manos de amor, el podrá transformar nuestras mas grandes debilidades en nuestras mejores fortalezas, nuestras mas amargas penas en las más grandes alegrías y nuestros mas serios problemas en poderosos testimonios de sus grandes maravillas. Sólo basta con poner nuestra fe en Él, y nuestra vida en sus manos. Y tu... ¿Ya estás en las manos de Dios?